martes, 5 de enero de 2010

Frontera México Estados –Unidos. Reflexiones para un marco teórico.

ALUMNA: ROCIO CARMONA LAGUNAS
NOMBRE DE LA UEA: SEMINARIO VIII CULTURA, IDENTIDAD Y NACION.

Frontera México Estados –Unidos
Reflexiones para un marco teórico.


La frontera norte es una región muy heterogénea y con el ritmo de crecimiento más dinámico que los promedios nacionales. El objetivo principal de este ensayo es contribuir al entendimiento de la regionalidad de las relaciones fronterizas entre dos nacionales de desarrollo económico desigual, en congruencia con el contexto global de las relaciones bilaterales o multilaterales entre los países fronterizos. El análisis teórico aquí propuesto se apoya en los conceptos de interacción social y poder, tomados de Weber y el concepto de asimetría de poder, definido originalmente por Mario Ojeda en sus estudio de relaciones México-Estados Unidos. También se usan otros como el de intensidad y extensión de las interacciones fronterizas.
Hacia un marco teórico para el estudio de la región fronteriza.
El estudio de lo que ocurre en el espacio geográfico adyacente a la frontera entre México y Estados Unidos ha sido una tarea emprendida desde una gran variedad de disciplinas.
En algunos casos lo fronterizo se ha definido especialmente de una manera relativamente arbitrario. La critica del profesor Segovia: el enfoque que aquí se sugiere para los estudios fronterizos parte de la consideración de que la extensión geográfica de los fenómeno sociales, económicos y culturales de las zonas fronterizas no esta limitada por la demarcación internacional, sin mas bien por la interacción de las personas que viven paralelamente a ella.
El concepto de interacción.
Si observan las estadísticas sobre cruces fronterizos, se puede afirmar con razonable seguridad que las interacciones entre poblaciones de uno y otro lado de la frontera entre México-Estados Unidos están creciendo en cantidad y complejidad. Se puede observar como se reducen las brechas en los niveles socioeconómicos de un número creciente de grupos de actividades o intereses afines de uno y otro país. Con lo que crece el interés de buscar acuerdos bilaterales operativos. La gente de ambos lados busca la satisfacción de su interés, gustos o necesidades respectivas, búsqueda que incluye la cooperación del vecino. Los habitantes de un lado cruzan al otro buscando algo que no pueden obtener por si mismo del otro lado o algo que puede hacer optima la obtención de lo que buscan condicionado a convenir la participación de la gente del país vecino. El interés que motiva el cruce fronterizo puede ser tan simple como la curiosidad turística.
La referencia que se hace a la interacción es, referente a la interacción social, a un encuentro de reciprocas de actores que orientan mutuamente su respectiva conducta hacia la otra parte de la interacción, con significados que son subjetivamente compartidos por estos, a partir de experiencias previas en que las respectivas conductas dirigidas u orientadas hacia los otros con quienes se desea entrar en interacción se fueron haciendo compatibles en términos de secuencias raciónales de medios afines que se concertaron en la practica de manera implícita o explícita. La definición de interacción social es un parafraseo de la definición de Weber, definición que encaja con el fenómeno social fronterizo, el que es personificado cotidianamente por individuos de dos países con lengua y cultura diferente. La vecindad geográfica los conduce a entrar en interacciones sociales que no requieren que ninguno ceda a su respectivas identidades culturales, sino de que hayan tenido la habilidad de desarrollar acuerdos implícitos de carácter operativo, suficiente como para llevar a cabo de manera racional una secuencia de medios a fines compatibles.
Puede darse una interacción social en condiciones de un poder desigual o asimétrico entre las partes, siempre y cuando esta simetría no rebase ciertos límites.
La asimetría de poder como fuente definitoria de la naturaleza de la relación predominante de parte de cada país hacia el otro.
Ciertamente no todo en la frontera de México-Estados unidos es interacción social armoniosa. Parte dolorosa de la historia del lado mexicano incluye las acciones unilaterales de poder de los estadounidenses. Esas acciones unilaterales obviamente no fueron interacciones sociales en el sentido weberiano. Es importante distinguir entre la respuesta de conductas que caracteriza a la interacción social en términos de las acciones de cada actor, las cuales son orientadas mutuamente hacia el otro, a partir de un mínimo de acuerdo con el sentido que cada actor le imprime a las suyas. La historia de las acciones unilaterales de Estados Unidos hacia México es una historia en la que se percibe la desigualdad de poder o asimetría que caracteriza a la relación binacional entre los dos países.
Se puede decir que la asimetría es un denominador común de la relación bilateral entre México y Estados Unidos, sin embargo, este es un factor estructural de grado. Puede darse en grados máximos y mínimos. Cuando esta se da en grados mínimos, facilita la interacción entre las partes; cuando se da en grados máximos, la dificulta hacerla imposible. En un grado máximo de asimetría entre las partes, la acción del mas poderosos de queda en una acción unilateral en la medida en que no puede ser contestada o respondida en la misma especie por la contraparte. Así es que en un grado máximo de asimetría entre las partes cuando se presenta una acción unilateral, no puede haber una reacción de la otra parte. Solo que en este caso la reacción no lleva a la interacción en el sentido weberiano. Porque el exceso de asimetría elimina el mínimo de acuerdo entre las partes par a llevar la interacción a fines compatibles. En el exceso de asimetría, el objetivo de la acción de una parte supone la ausencia o eliminación de un fin semejante de la otra parte en la relación.

El nivel micro dimensional de la interacción asimétrica.
Quien conoce la historia de las comunidades fronterizas sabe del dilema que se le presenta al fronterizo como reto a su pragmatismo de inmigrante. Se puede decir que Estados Unidos es para el fronterizo mexicano, al mismo tiempo una oportunidad y un problema. Es lo primero, porque la vecindad lo coloca en una posición ventajosa en términos regionales frente a otros mexicanos del interior, posición que se traduce en la oportunidad de vender productos y fuerzas de trabajo u ofrecer servicios al vecino estadounidense.
A la naturaleza económica de lección estadounidense corresponde una reacción de naturaleza cultural o política del mexicano, en la medida en que la asimetría entre el estadounidense y el mexicano es mayor. Par el fronterizo mexicano esa dicotomía representa un reto cotidiano. Ese reto representa, una lucha persistente por reducir o eliminar la desigualdad con el vecino; por otra, una permanente búsqueda de hacer óptima la oportunidad económica que le da la vecindad geográfica con el mercado más poderoso del mundo. La meta de reducir o eliminar la desigualdad con el vecino implica tener un a motivación fuerte. Como se ha explicado en las investigaciones de le colegio de la Frontera Norte sobre le tema de la “identidad cultural”, esta motivación surge de la experiencia fronteriza del mexicano en el sentido del saber quien es uno, de dónde y de quienes vienes, y como fue que llego a donde esta.
Nada de esto se puede contestar sin una conciencia o identidad étnica. El fronterizo la tiene porque en la vida de la frontera esta no es algo que devenga de manera natural, sino que se requiere para la sobrevivencia económica y para la convivencia internacional. El vecino estadounidense es lo otro o que no soy yo.

El nivel macro dimensional de la interacción asimétrica.
Lo que en el nivel micro dimensional se puede ver como una dicotomía generada por el factor estructural de asimetría en la relación entre estadounidense y mexicanos, en términos de oportunidad-problema a nivel macro dimensional, el exceso de de asimetría conduce también a la unilateralidad de la acción de la parte con menos poder, ya no es la misma naturaleza que correspondió a la acción.
Concepto de internacionalidad.
La característica que tiene en común ese vasto y heterogéneo espacio geográfico de la frontera norte de México como para justificar que se le llame región es la vecindad con estados Unidos. Es esta vecindad lo que diferencia a lo que sucede en la frontera norte de lo que acontece en el interior del país. De esta interacción se deriva un factor que representa un nivel más concreto y medible que el de la noción abstracta de vecindad. Este factor se puede definir como la internacionalidad de la vida fronteriza.
Por internacionalidad se debe entender el atributo de un hecho, un acto, idea, un valor, una interacción o un proceso de interacciones cuya ocurrencia tiene implicaciones que relacionan interés de dos o más países. Dos conceptos adicionales a la internacionalidad son: intensidad y extensión.
En el caso de las interacciones de tipo cultural, los limites geográficos de la región fronteriza respectiva de cada país, para los efectos normativos o de distribución de recursos federales, serian diferentes a los de la naturaleza económica. Para ilustrar la interacción cultural internacional, por lo que llamamos subcultura de los jóvenes de los barrios populares que tuvo origen en el este de los Ángeles entre jóvenes de ascendencia mexicana y luego se extendió a los barrios de las ciudades fronterizas, y aun en el sur, siguiendo la ruta de los trabajadores migratorios por la costa occidental de México, Guadalajara y Michoacán. La importancia de contar con estos conceptos no es solo para producir, sino para dilucidar si la región de la frontera norte requiere una política particular o si debe tener una prioridad más alta que otras regiones del país en la distribución de los recursos públicos.
Concepto de nacionalidad.
Se dijo antes que para que haya internacionalidad se necesita que la concurrencia de un evento o serie de eventos tenga implicaciones que relacionen intereses de dos o más países. Esto quiere decir que para que haya internacionalidad se necesita que exista interacción, encuentro o relación entre eventos, personas, o instituciones de diferente nacionalidad. Puede decirse que la mayor parte de lo que cruza la frontera internacionales es susceptible de imputación de nacionalidad; sin embargo; esta imputación no es tan fácil cuando se trata de elementos culturales, tales como valores, ideas, prejuicios, modas o mitos, dado que los seres humanos son tanto portadores como productores de elementos culturales.
En la frontera norte lo mexicano es lo no estadounidense. La vecindad con el extranjero le da a el fronterizo una ventaja es su identidad étnica, frente a los mexicanos del interior del país, donde no es tan inmediata y cotidiana esa experiencia de otredad. Hallamos encontrado que los sectores medios y populares de las ciudades fronterizas posean una mayor mexicanidad de la población de los mismos sectores de otras ciudades del interior del país. Se pude decir, con base en las investigaciones del COLEF, que en términos generales que la integración de los fronterizos con sus vecinos extranjeros ha venido a reforzar su identidad cultural como mexicanos.
Identidad, cultura nacional y frontera.
Residir en la frontera lo hace a uno ver la cultura desde una perspectiva diferente de la que se pudiera tener desde el interior del Apis. Si entendemos por cultura e l conjunto e valores, creencias, normas, tradiciones, instituciones, lenguaje y producción que caracteriza a un pueblo, aun tendríamos que definir que es cultura nacional. Resulta difícil definirlo, sin embargo en la frontera norte de México la dificultad es menor, porque la cultura nacional se define por contraste con otredad cultural de los extranjeros con los que se convive y se interactúa de forma cotidiana. Culturalmente hablado, en la frontera norte lo mexicano es lo no-gringo. Esta diferencia podrá ser muy difícil de definir en términos científicos, per o es muy fácil de distinguir por cualquier fronterizo de Tijuana a Matamoros. La interacción con los estadounidenses en las ciudades fronterizas refuerza la seguridad de quien es uno frente al extranjero.
El concepto de identidad cultural se define como la distancia en la aceptación de valores-creencias y tradiciones culturales definidas como características de lo mexicano.
Hay dos hallazgos que son relevantes:
• Que la aceptación de los valores tradicionales de la cultura mexicana es mayor en las ciudades fronterizas que en las del interior del país
• En la explicación de la varianza entre aceptación y rechazo de esos valores culturales, tiene mayor peso la diferencia entre sectores sociales al interior de cada ciudad que la cercanía o lejanía física de la población respecto de la frontera con Estados Unidos. Estos hallazgos van al meollo de dos estereotipos:
1. Que los fronterizos están perdiendo identidad nacional
2. La perdida de identidad nacional se debe a la vecindad geográfica con Estados Unidos. El primero de estos hallazgos deja en claro que hay diferencias en la aceptación de los valores culturales mexicanos entre los residentes de los diversos sectores en todas ciudades estudiadas, sean o no fronterizas; esto sugiere la hipótesis, lo que sea en efecto la identidad cultural nacional, es mayor entre los sectores llamados populares y menor entre los que viven en las zonas residenciales mas costosas de cualquier ciudad del territorio mexicano.
El debate sobre lo nacional y lo fronterizo.
Según Bonfil sostiene que la definición de cultura nacional suele convertirse en actos de autoridad que se impone sobre la multitud de etnias y sobre ele derecho que estas tiene se ser consideradas tan auténticamente mexicanas como cualquier que se quiere erigir como representativa de la nación en su conjunto.
Para Monsiváis la definición de identidad cultural ha sido también un acto de poder consistente en la apropiación del gobierno de la facultad de definir de lo mexicano. Visto así, lo mexicano resulta lo definido como tal por decreto independientemente de lo que eso sea en la realidad. Monsiváis arguye en contra de la definición oficial de identidad nacional que resulta en un acto de dominación, congruente con un sistema político donde las grandes mayorías no están representadas y donde los valores de las minorías, correspondientes a sectores urbanos de la pequeña y gran burguesía, se impone sobre de so demás a partir dela propaganda oficial que define lo mexicano con todo el poder del aparato estatal.
Por otra parte Pablo González Casanova sostiene que si hay una cultura nacional independiente de la definición oficial, y por lo tanto una identidad nacional. Así sostiene que la cultura nacional esta constituida por el conjunto de creencias, valores y tradiciones que nutren la noción independencia en un sentido histórico, sobre la cual se sostiene la noción política de soberanía. González Casanova sostiene que si no hubiera una identidad nacional no sabríamos definir que es lo mexicano frete a lo extranjero y ya hubiera sucumbido México a las presiones de expansión de otras identidades nacionales de otros países que han pretendido avasallarlo.
Según Bustamante Bonfil podrá ser valido para preservar la riqueza pluricultural de las etnias del país, pero no para neutralizar la expansión de la cultura estadounidense en la región fronteriza, que depende de la preservación de la cultura nacional. Lo mexicano adquiere denominación común cuando se ve frente a lo estadunidense. Hacia dentro podrá ser plurietnico y podrá vérsele diluido hasta quedar en un decreto.
La extraterritorialidad de la cultura nacional.
Si partimos de las premisas de que hay ciudadanos mexicanos que residen temporal y permanente en estados Unidos cuyo numero es superior al de habitantes de la mayor parte de las entidades federativas y que como tales tiene el derecho a mantener su identidad cultural como mexicanos; si además aceptamos que el estado mexicano, en sus dimensiones federal, estatal, y municipal, tiene la obligación de preservar y reforzar la cultura nacional, se puede concluir que el Estado tiene la obligación de extender sus programas de acción cultural mas allá de las fronteras territoriales, hasta dónde haya mexicanos que quieran seguir siéndolo.
La acción cultural del estado Mexicano en estados Unidos depende fundamentalmente de dos factores:
• La conciencia de la necesidad de llevar la cultura nacional a donde haya concentraciones de mexicanos en Estados Unidos a partir de la frontera
• La voluntad política de hacerlo. La necesidad de hacerlo tiene a su vez dos dimensiones.
Se trata de una obligación del Estado concomitante a un derecho de sus ciudadanos en el extranjero 2) se trata de una acción necesaria para que se entienda lo mexicano entre un número creciente de ciudadanos mexicanos y estadounidenses de origen mexicano. El diseño de programas de acción cultural en el extranjero debería hacerse de manera coordinada, combinado acciones gubernamentales de nivel federal, estatal y municipal.
Siguiendo la línea de pensamiento de este trabajo, se podría concluir que el contenido de los programas culturales debería ser de cultura popular. Cabe aclararse popular una acción cultural de bajo nivel de calidad o de carácter simple o elemental, sino aquél contenido derivado de las tradiciones culturales populares, pues son estas las que representan de manera mas autentica aquello que nos identifica como un pueblo diferente a otros.

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